La fuente, el manantial

 

“Como Él es la fuente de todas las bendiciones, las derramará con abundancia en los lugares donde se honre la imagen de este Sagrado Corazón, porque su amor le impulsa a distribuir el tesoro inagotable de sus gracias santificadoras y salvadoras en las almas de buena voluntad, pues busca corazones vacíos para llenarlos con la suave unción de su ardiente caridad, para consumirlos y transformarlos completamente en Él. Quiere espíritus humildes y sumisos, sin otro deseo que cumplir su voluntad”.

 

Para Margarita María, como para todos los que ya habían hablado de él, el signo del Corazón manifiesta en toda su realidad, a Cristo que ama a los hombres y quiere urgirles que vayan a El.

 

“Este Corazón es la fuente inagotable de todos los bienes. Una fuente que no pretende sino derramarse y comunicarse en los corazones vacíos de sí mismos, humildes, y que no estén apegados a nada; una fuente de todo tipo de delicias, de donde cuanto más se toma, más abundante es”

 

O según otra fórmula:

 

“Cuanto más se saca, más hay para sacar”. “Es un manantial inacabable que se complace en derramarse con abundancia a favor de sus amigos”