DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA

 

 

SANTA MARÍA FAUSTINA KOWALSAKA

 

Faustina nació el 25 de agosto de 1905 en la aldea polaca de Glogowiec. Fue la tercera hija entre diez hermanos de una familia piadosa.

 

De muy temprana edad, oyó en su alma la llamada a la vida religiosa. El 30 de abril de 1926 recibió el hábito religioso y el nombre de Sor Faustina del Santísimo Sacramento.

 

El diario que Sor  Faustina escribió durante los últimos 4 años de su vida por un claro mandato del Señor Jesús, en el que la autora registraba,  todos  los encuentros de su alma con Dios.

 

LA CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA

 

Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad. Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso .(Diario n.1541)

 

En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia (Diario n.687)

 

Al entrar en  mi soledad, oí estas palabras: Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo.

 

Oh, si todos conocieran qué grande es  la misericordia del Señor y cuánto todos nosotros necesitamos esta misericordia, especialmente en aquella hora decisiva. (Diario n. 811)

 

Hoy me  despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas  palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad (Diario n. 1731)

 

Promesa del Señor: A las almas que recen está coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte ( Diario n. 754)

 

Hoy el Señor entró en mi (habitación) y me dijo: Hija Mía, ayúdame a salvar las almas. Irás a casa de un pecador agonizante y rezarás esta coronilla con la cual obtendrás para él la confianza en Mi misericordia, porque ya está en la desesperación. (Diario n. 1797)

 

Modo de rezar la coronilla de la Divina Misericordia:

 

Comienza con un PADRE NUESTRO, AVE MARÍA Y CREDO, y luego con un rosario reza 5 decenas.

 

Cada decena comienza diciendo:

 

» PADRE ETERNO, YO TE OFREZCO EL CUERPO Y LA SANGRE, EL ALMA Y LA DIVINAD DE TU AMADÍSIMO HIJO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, COMO PROPIC IACIÓN POR NUESTROS PECADOS Y LOS DEL MUNDO ENTERO»

 

En las cuentas pequeñas del Ave María:

 

» POR SU DOLOROSA PASIÓN TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO»

 

Al final, de las 5 decenas, se repite tres veces:

 

«SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO«

 

Puedes terminar rezando una SALVE

 

IMAGEN DEL SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA

 

Jesús dijo a Santa Faustina:

 

Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús,  en Ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y (luego) en el mundo entero. (Diario n.47)

 

Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria (Diario n.48)

 

Una vez, cuando el confesor me mandó a preguntar al Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en esta imagen; contesté que sí , que se lo preguntaría al Señor.

 

Durante la oración oí interiormente estas palabras: Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…

 

Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza.

 

Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia.  (Diario 299)

 

No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia (Diario n.313)

 

Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío. (Diario 327)

 

ACTITUDES PARA RECIBIR LA MISERICORDIA DIVINA

 

Hija Mía, si por medio de ti exijo de los hombres el culto a Mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en Mi misericordia. Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí . Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo:  la primera- la acción, la segunda- la palabra, la tercera- la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí. De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia. Sí , el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi misericordia con la solemne celebración  de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada. A través de esta imagen concederé muchas gracias a las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil. Oh Jesús mío, ayúdame en todo, porque ves lo pequeña que soy, por eso cuento únicamente con Tu bondad, oh Dios. (Diario n. 742)

 

De repente oí en el alma estas palabras:

 

Hija Mía, tú empeño debe ser la total confianza en Mí bondad, el Mío, darte todo lo que necesites. Me hago dependiente de tu confianza; si tu confianza es grande Mi generosidad no conocerá límites. (Diario n.548)

 

HORA DE LA MISERICORDIA

 

Jesús llamó » Hora de la Misericordia» a las 3 de la tarde, por ser la hora de su muerte:

 

«A las 3 de la tarde implora mi Misericordia, especialmente para los pecadores y , aunque sea por un momento , contempla mi Pasión; sobre todo el abandono en el momento de mi agonía. Ésta es la hora de la gran Misericordia para todo el mundo. En esta hora no negaré nada al alma que lo pida por los méritos de mi Pasión.»

 

Orar cada día , a las 3 de la tarde:

 

«Expíraste , Jesús, pero tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas, y el océano de tu Misericordia inundó al mundo entero. ¡Oh!, Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, inunda al mundo entero derramando sobre nosotros hasta tu última gota de sangre»

 

«En esta hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a mi Corazón que está lleno de Misericordia. Y sin no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante»

 

» Te recuerdo , hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete  totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en este momento, se abrió de par en par para cada alma: En esa hora puedes obtener  todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia» (Diario, n.1572)

 

PROMESAS A LOS QUE PROPAGUEN ESTA DEVOCIÓN

 

A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa (protege) a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso.  (Diario n.1075)

 

NOVENA A LA DIVINA MISERICORIDA

 

Novena a la Divina Misericordia, que Jesús me ordeno escribir y hacer antes de la Fiesta de la Misericordia. Empieza el Viernes Santo.

 

Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferentes de almas y las sumergirás  en este mar de Mi misericordia. Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de Mi Padre. Lo harás en esta vida y en la vida futura. Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia. Cada día pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.

 

Primer Día

 

«Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia.  De esta forma Me  consolarás de la amarga tristeza (en)  que Me sume la pérdida de las almas.

 

Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita.  Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que te une al Padre y al Espíritu  Santo.

 

Oh omnipotencia de la Divina Misericordia, Salvación del hombre pecador. Tú eres la misericordia y un mar de compasión, ayudas a quien Te ruega con humildad.

 

Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén.» ( Diario n. 1211)

 

Segundo día

 

 » Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad.» (Diario  n. 1211)

 

«Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.

 

La fuente del amor de Dios, vive en los corazones limpios, purificados en el mar de Misericordia.

 

Resplandecientes como las estrellas, claros como la aurora.

 

Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos.  Amén.» ( Diario n.1213)

 

Tercer día

 

» Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura. ( Diario n. 1214)

 

Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementísimo  Corazón y nunca nos dejes escapar de Él.  Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial.

 

Son impenetrables las maravillas de la misericordia, no alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo, miras a todos con  compasión, y atraes a todos a tu amor.

 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.» ( Diario m. 1215)

 

Cuarto día

 

«Hoy, tráeme a los paganos y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia. ( Diario n. 1216)

 

Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.

 

La luz de tu amor ilumine las tinieblas de las almas. Haz que estas almas Te conozcan, y junto con nosotros glorifiquen Tu misericordia.

 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús.  Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.»  (Diario n. 1217)

 

Quinto día

 

Hoy, tráeme a las almas de los herejes y de los cismáticos , y sumérgelas en el mar de Mi misericordia.  Durante mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión. (Diario n. 1218)

 

También para aquellos que rasgaron

 

la vestidura de Tu unidad, brota de Tu Corazón la fuente de Piedad. La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios, puede sacar del error también a estas almas.

 

Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los herejes y las almas de los cismáticos, y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia; no la dejes alejarse de la morada deTu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.

 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y de los cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos . Amén

 

Sexto día

 

«Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mi amarga agonía.  Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias.  Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes.»

 

» Jesús, tan misericordioso, Tú mismo has dicho:  Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños.  Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial.  Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.» ( Diario n. 1221)

 

» De verdad el alma humilde y mansa ya aquí en la tierra respira el paraíso, y del perfume de su humilde corazón se  deleita el Creador Mismo.» ( Diario n. 1222)

 

» Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús.  Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo.  Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono.  Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.» ( Diario n. 1223)

 

Séptimo día

 

Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.» ( Diario n. 1224)

 

Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

 

El  alma que ensalza la bondad de su Señor, es por Él particularmente amada. Está siempre al lado de la fuente viva y saca gracias de la Divina Misericordia.

 

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia.Te suplico, oh Dios, muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.»  ( Diario n. 1225)

 

Octavo día

 

Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mi. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia.  Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre… ¡Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia! ( Diario n. 1226)

 

Jesús  misericordiosísimo, Tú  mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.

 

Del tremendo ardor del fuego del purgatorio se levanta un lamento a Tu misericordia. Y reciben consuelo, alivio y refrigerio en el torrente de Sangre y Agua derramado.

 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen límites. ( Diario n. 1227)

 

Noveno día

 

«Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última  tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.» ( Diario  n. 1228)

 

» Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. ¡Oh Jesús tan compasivo!, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.

 

El fuego y el hielo no pueden estar juntos,

 

Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo. Pero Tu misericordia, oh Dios, puede socorrer las miserias aún mayores.

 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia.»  ( Diario n. 1229)