Abismo de Amor
Un día Jesús pidió a santa Margarita María que mirara la abertura de su costado, y le dijo:
“Aquí hay un abismo sin fondo, abierto por una flecha sin medida, que es la del amor”.
Y la misma Santa explica:
“Este divino Corazón es un abismo de todo bien, donde los pobres deben abismar sus necesidades; un abismo de alegría, donde debemos abismar todas nuestras tristezas; un abismo de humillación para nuestro orgullo; un abismo de misericordia, un abismo de AMOR, donde tenemos que abismar todas nuestras miserias”.
Así pues, una fuente inagotable, un océano sin límite, un tesoro infinito, ¡de amor! y de un amor que no quiere más que comunicarse, llenarnos de sí mismo. Es lo que dice Jesús en el Evangelio de san Juan: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10).
Este es el Corazón de Jesús, que quiere darse. Pues este Amor es activo.