MEDITANDO LA PASIÓN ALCANZAMOS SU MISERICORDIA

 

Jesús dijo a Santa Faustina:

“Busca, pues, la fuerza y la luz en mi Pasión”.

“¡Son pocos los que piensan y meditan mi PASIÓN!”

“A los que meditan mi Pasión les concedo el mayor número de gracias”

El mayor número de gracias es lo que Dios concede a los santos.

“Vale más una hora de meditación de mi Pasión que flagelarse a sangre durante un año”.

“Felices los que durante su vida se han sumergido en mi Pasión, porque no les alcanzará mi Justicia”

ESTAS SON LAS PROMESAS DE JESÚS A LOS QUE MEDITAN SU PASIÓN

Después de leer estas consoladoras promesas, entenderemos que es muchísimo más difícil hacer todo lo que Dios nos manda para ser santos, que poner en práctica el medio para lograrlo, que es meditar su Pasión.

De estas promesas de Jesús se puede concluir que, siendo muy difícil progresar en la santidad, es fácil conseguirla meditando su Pasión. De otra forma, San Agustín dice: de lo duro de los mandamientos se cuida Dios

San Agustín, en sus confesiones, dice “¡Señor!, cuando yo no te conocía era para mí mismo una carga insoportable, debido a mis pecados. Ahora que te conozco, sé que buscando tu amor y misericordia en la Pasión, encuentro la felicidad que intentaba encontrar y nunca lograba”

Jesús nos dice que “la puerta del cielo es estrecha”; sin embargo, también dice: “Mi yugo es suave y mi carga ligera”.

“Señor, tu Ley es el gozo de mi corazón”, leemos en un salmo.

En el Amor Misericordioso leemos estas palabras:

“Vuestra lucha por ser santos solo será posible, si os dejáis amar y ayudar por Mí, meditando mi Pasión”