Entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el hogar

 

 

Jesús nos ha amado  y se ha entregado por cada uno de nosotros.

 

Él dice a Santa Margarita María de Alacoque:

 

“Bendeciré los hogares donde mi imagen sea expuesta y venerada”.

 

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar.

 

¿Qué es la Entronización del Sagrado Corazón de Jesús?

 

La Entronización, es una Consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús y manifiesta el propósito de reconocerlo como Rey de esa sociedad, colocándolo simbólicamente en un trono. Su fin próximo es  lograr que la familia reine un espiritu efectivamente cristiano, para preparar las condiciones del Reinado de Jesucristo en la sociedad.

 

La Entronización  del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares, tiene como objetivo, regenerar, preservar y perfeccionar la célula básica de la sociedad: la familia “Iglesia Doméstica”.

 

Es darle por un lado un lugar de honor en nuestra casa, y por otro, reconocerlo como centro en nuestra vida familiar.

 

Dos, de las doce promesas de Nuestro Señor a Santa Margarita María de Alacoque, se relacionan directamente con la familia y la Obra de Entronización:

 

– Daré La Paz a las familias

 

Bendeciré las Familias en que la imagen de mi Sagrado Corazón, esté expuesta y sea honrada.

 

INTRODUCCIÓN

 

Jesús nos ha amado  y se ha entregado por cada uno de nosotros.

 

Él dice a Santa Margarita María de Alacoque:

 

“Bendeciré los hogares donde mi imagen sea expuesta y venerada”.

 

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar.

 

¡Adoremos el Corazón de Cristo, porque es el corazón del Verbo encarnado, del Hijo de Dios hecho hombre!

 

El amor de Dios hacia el hombre existe desde siempre y para toda la eternidad; “De lejos el Señor se me apareció y me dijo; Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti”.  (Jeremías  31, 2). Es así, como San Juan Evangelista que conoció a Jesús íntimamente descansando sobre el pecho (corazón) de Jesús, tanto que fue el discípulo amado, exclama; “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.” (Juan  3, 16-17), es decir, un amor extremo, que llevo a su propio Hijo a la Cruz por amor a los hombres, revelado el mismo Jesús; “Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos”  (Juan  15, 12-13).

 

Inicio de una nueva vida

 

La ceremonia de Entronización es solo el principio de una nueva vida, una vida de amor; de obediencia amorosa a todos los mandamientos de Cristo y de la Iglesia; una vida de oración y especialmente de oraciones familiares ante la imagen del Rey Entronizado.

 

El propósito y deseo de tener un cambio de vida:

 

  • Hacer oraciones y El Rosario en común
  • Una vida Eucarística (de Misa y Comuniones frecuentes -de preferencia diarias-)
  • Una vida Cristiana real, especialmente rechazando admitir costumbres e idea paganas, que están destruyendo lentamente el hogar Cristiano, y haciendo reparación por los crímenes terribles vinculados así el Santuario de la Iglesia y el Santuario del hogar.

 

Si se desea, se puede hacer también la entronización del Inmaculado Corazón de María, en la misma ceremonia

 

¿Ha sido aprobada esta obra?

 

Sí, en primer lugar por el mismo Sagrado Corazón, como lo evidenció por las incontables  conversiones, tanto de individuos como de familias, donde el Sagrado Corazón  había sido Entronizado.

 

En segundo lugar, por cuatro Papas del Siglo XX:

 

  • San Pío X la llamó: «una obra de salvación social”.
  • Benedicto XV escribió al Padre Mateo Crawley-Boevey, su fundador: «Nada es más oportuno que vuestra obra».
  • Pío XI bendijo esta obra muchas veces, tanto pública como privadamente.
  • Pío XII escribió al Padre Mateo elogiándolo por su obra y alentándolo a «continuar la Entronización, que es tan apropiada para promover el reinado de amor y misericordia del Sagrado Corazón en la familia».

 

¿Qué debo hacer para Entronizar el Sagrado Corazón en mi hogar?

 

1.- Invitar a un sacerdote.- Es importante contar con un sacerdote que presida la ceremonia.

2.- Asistir a Misa.- Si es posible, haber ofrecido esa mañana el Santo Sacrificio de la Misa por el reinado del Sagrado Corazón en su hogar y como acto de amor y reparación al Sagrado Corazón. Toda la familia debe tratar de recibir la Comunión en esa o en otra Misa.

3.- Elegir el cuadro o imagen del Sagrado Corazón.- Tener un cuadro o estatua del Sagrado Corazón tan bello como fuera posible.

4.- Preparar el trono/altar.- Debajo del lugar de honor reservado para la estatua o el cuadro, disponga un “trono” o “altar”, es decir, una mesa (o tal vez una repisa) cubierta con un mantel blanco, bellamente decorado con velas y flores. Antes de la ceremonia, el cuadro o la estatua y el agua bendita deben estar colocadas en una mesa pequeña cercana al “trono”.

5.- Reunir a familiares y amigos.- Invite a sus familiares y amigos a estar presentes, así usted ya comenzará a ser un “apóstol del Sagrado Corazón.” Haga una reunión familiar después de la ceremonia, con un pastel especial para los niños, quienes por supuesto, deberán estar presentes en la ceremonia, aún los más pequeños.

6.- Firmar un certificado de entronización. Este punto es opcional y no es parte esencial de la ceremonia. (Puede elegir e imprimir alguno de los certificados que se comparten como ejemplo o elaborar uno personalizado).

 

Nota: No hay forma más apropiada para comenzar la vida matrimonial de una joven pareja, que entronizar el Sagrado Corazón en su nuevo hogar.

 

Hagamos de este día de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús uno de los eventos más sobresalientes de la vida familiar; ¡cuanto más solemne, mejor! para ser recordado largamente.

 

Preparación para la Entronización

 

Elige un día para la ceremonia de Entronización, de preferencia que sea una fecha que tenga un significado especial para la familia (el aniversario de bodas, por ejemplo), o el día de una fiesta litúrgica apropiada.

 

A mayor y más seria preparación para la Entronización, mayores serán las bendiciones que seguirán a este evento.

 

La preparación puede extenderse a tres días (un triduo), o a nueve días (una novena). Se sugiere rezar el Rosario en familia durante ese periodo invitando a familiares y amigos.

 

Sagrado Corazón, Rey de Reyes y Señor de Señores, arrepentidos de haberte olvidado, queremos entronizarte en nuestra casa. Queremos que reines sobre nosotros y todos los nuestros. Con toda la omnipotencia suplicante del Corazón Inmaculado de María, y bajo el patrocinio de nuestro glorioso patriarca San José, impetramos de tu Sagrado Corazón la gracia de que hagas sentir sobre nosotros la suavidad de tu yugo, y la ligereza de tu carga y de ser fieles a ellos.

 

¡Ven Señor Jesús, ven a reinar Cristo Rey!

 

PRIMER PILAR

 

La Entronización es reconocer que el espacio en el que vivimos diariamente; es un santuario donde el Dios habita

 

La Entronización es una consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús y manifiesta el propósito de reconocerlo como Rey de esa sociedad, colocándolo simbólicamente en un trono.

 

Su fin próximo es lograr que en la familia reine un espíritu efectivamente cristiano.

 

Su fin remoto es el de preparar las condiciones para el Reinado de Jesucristo en la sociedad.

 

La familia, o el hogar que acoge a los que son más cercanos, es el lugar donde se manifiesta el amor, donde nace, crece y se recarga.

 

Ubi caritas, Deus ibi est! “Allí donde hay amor, Dios habita”

 

Traducción libre, sin duda, que nos recuerda lo esencial en la humanidad: la familia es el primer santuario del amor y por lo tanto de Dios.

 

¡Poner la imagen del Sagrado Corazón, símbolo de ese Dios Amor, es ya de entrada una profesión de fe en el Dios que es amor!

 

Por lo tanto, el primer compromiso de quienes realizan la Entronización es el de alimentar esta fe cultivando una relación privilegiada con Jesús como Marta, María y Lázaro de Betania.

 

SEGUNDO PILAR

 

Entronizar es comprometerse a hacer de la casa una “escuela, un laboratorio de amor”.

 

La familia, la casa:

 

Es el primer lugar donde se tejen las relaciones más íntimas (de pareja, paterno-filiales, fraternas).

 

Es el lugar en el que aprendemos a amar como Jesús, que nos enseñó el camino de la entrega y del servicio mutuo que se expresa a través de una mirada atenta y de la compasión, vivida a menudo en el perdón y la reconciliación.

 

Esta manera de aprender a vivir como Jesús a partir del Evangelio, nos abre a un amor más grande, que desborda las fronteras y nos conduce a acoger a los que necesitan tener la experiencia de lo que quiere decir SER AMADO.

 

TERCER PILAR

 

Entronizar es hacer de nuestra casa “un trampolín misionero”.

 

El amor, que es el motor y está en el corazón de la Entronización, está hecho para ser difundido, repartido, comunicado; si no, muere.

 

El amor del Corazón de Jesús es misionero. Por eso el amor que se encuentra allí donde se ha realizado la Entronización sólo puede ser misionero y propagarse como una llama.

 

Este amor apostólico va a manifestarse de diversas maneras en función de nuestras posibilidades y de nuestra situación, pero siempre lo hará a través de la calidad de nuestras relaciones en la vida ordinaria: en la comunidad, en el trabajo, en nuestro ocio, en el compromiso en la parroquia, en el compromiso caritativo o apostólico, etc.

 

Sería bueno colocar un signo que nos recuerde esta exigencia misionera cerca de la imagen del Sagrado Corazón y del Evangelio… ¿Por qué no un pequeño mapamundi?

 

Debemos ser reconocidos como “gente con corazón”, ya que el Corazón de Dios ha venido a habitar en medio de nosotros.

 

¿Qué debo hacer para Entronizar el Sagrado Corazón en mi hogar?

 

1.- Invitar a un sacerdote.- Es importante contar con un sacerdote que presida la ceremonia, sin embargo, no es esencial para hacer la entronización. El padre de familia (o cabeza de familia) debe presidir y dirigir las oraciones.

 

2.- Asistir a Misa.- Si es posible, haber ofrecido esa mañana el Santo Sacrificio de la Misa por el reinado del Sagrado Corazón en su hogar y como acto de amor y reparación al Sagrado Corazón. Toda la familia debe tratar de recibir la Comunión en esa o en otra Misa.

 

3.- Elegir el cuadro o imagen del Sagrado Corazón.- Tener un cuadro o estatua del Sagrado Corazón tan bello como fuera posible.

 

4.- Preparar el trono/altar.- Debajo del lugar de honor reservado para la estatua o el cuadro, disponga un “trono” o “altar”, es decir, una mesa (o tal vez una repisa) cubierta con un mantel blanco, bellamente decorado con velas y flores. Antes de la ceremonia, el cuadro o la estatua y el agua bendita deben estar colocadas en una mesa pequeña cercana al “trono”.

 

5.- Reunir a familiares y amigos.- Invite a sus familiares y amigos a estar presentes, así usted ya comenzará a ser un “apóstol del Sagrado Corazón.” Haga una reunión familiar después de la ceremonia, con un pastel especial para los niños, quienes por supuesto, deberán estar presentes en la ceremonia, aún los más pequeños.

 

6.- Firmar un certificado de entronización. Este punto es opcional y no es parte esencial de la ceromonia (Puede elegir e imprimir algunos  de los certificados que se comportan como ejemplo o elaborar uno personalizado)

 

Nota: No hay forma más apropiada para comenzar la vida matrimonial de una joven pareja, que entronizar el Sagrado Corazón en su nuevo hogar.

 

Hagamos de este día de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús uno de los eventos más sobresalientes de la vida familiar; ¡cuanto más solemne, mejor! para ser recordado largamente.

 

CUARTO PILAR

 

Entronizar es “acoger a María en la propia casa”.

 

Jesús es el “¡nunca sin mi Madre!”

 

Con la Entronización ocurre un poco como en las bodas de Caná: “Jesús fue invitado a la boda… y la Madre de Jesús estaba allí” (Jn 2, 1-2)

 

Si Entronizar es acoger a Jesús en la propia casa… es también acoger a María. Esto quiere decir que al entronizar el Corazón de Jesús, “Entronizamos” el de María, “humilde sierva del Señor” (¡el único título que ella se dio!).

 

Por eso no hablamos de la Entronización en relación a María: es Jesús, y sólo él, el centro de su vida y, por lo tanto, de la nuestra.

 

María es nuestra madre “educadora” que nos conduce a Jesús y nos enseña a amar como Él y a ser sus testimonios.

 

Ella es nuestro modelo en la acogida de la Palabra, del proyecto de Dios. Signo de la Iglesia, ella nos recuerda lo que estamos llamados a llegar a ser, y nos invita a un amor más grande y a la exigencia misionera.

 

Es positivo tener una imagen o una estatua de la Virgen María y  también San José y los Santos patrones de los miembros de la familia en el rincón de Oración de nuestra casa.

 

 La Entronización busca hacer de nuestro hogar,  “Iglesias domésticas”

 

¡Y ser auténticos constructores de la civilización del Amor con el poder de amar del Sagrado Corazón de Jesús!

 

¡Entroniza! ¡Consagra tu casa y tu familia al Sagrado Corazón de Jesús, anima a tus familiares y amigos!

 

Pasos para entronizar

 

1.- Invitar a un sacerdote.-

2.- Asistir a Misa.-

Por el reinado del Sagrado Corazón en su hogar y como acto de amor y reparación al Sagrado Corazón, recibir la Sacramentos de la confesión y la Eucaristía.

3.- Elegir el cuadro o imagen del Sagrado Corazón.

4.- Preparar el trono/altar.

Con velas y flores.

5.- Reunir a familiares y amigos.

Invitar a sus familiares y amigos para una reunión familiar después de la ceremonia.

6.- Firmar un certificado de entronización. Este punto es opcional y no es parte esencial de la ceremonia. (Puede elegir e imprimir alguno de los certificados que se comparten como ejemplo o elaborar uno personalizado).

 

Hagamos de este día de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús uno de los eventos más sobresalientes de la vida familiar; ¡cuanto más solemne, mejor! para ser recordado largamente.